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miércoles, 24 de septiembre de 2014

DIARIO ÍNTIMO (AMIEL)



A primero de octubre de 1949 - (...) La tarea histórica del cristianismo es sufrir, de siglo en siglo, una nueva metamorfosis y espiritualizar más y más la inteligencia de Cristo y la de la Salvación.
Estoy asombrado de que el judaísmo y el formalismo subsistan aún, cuando desde hace diecinueve siglos el Redentor proclamó que la letra  mataba y que el simbolismo estaba muerto. La nueva religión es tan profunda, que ni aun en el presente ha sido comprendida, y hasta parece blasfematoria a la mayor parte de los cristianos. La persona de Cristo es el centro de la revelación. Revelación, redención, vida eterna, divinidad, humanidad, propiciación, encarnación, juicio, Satán, cielo, e infierno, todo esto está materializado, se ha condensado, y presenta la extraña ironía de tener un sentido profundo y de ser interpretado carnalmente. El valor y la libertad cristiana están por conquistar. La Iglesia es la herética, la Iglesia ante la cual estamos turbados y con el corazón lleno de timidez. Quiérase o no, hay una doctrina esotérica. Hay una revelación relativa: entramos en Dios tanto como Él entra en nosotros, así lo dice Angelus: "creo que el ojo con que yo veo a Dios, es el mismo con que Él me ve" (Johan Scheffler, o sea Angelus Silesius, 1624/ 1677, Alemania)
Si el cristianismo desea triunfar del panteísmo, debe absorber a este último. Para nuestros pusilánimes de hoy, Jesús podría estar contaminado de un odioso panteísmo, pues ha confirmado aquella frase bíblica: Vosotros sois dioses; y lo mismo San Pablo, quien dice que somos la raza de Dios. 
Hay que dar a nuestro siglo una nueva dogmática, es decir, hay que darle una explicación más profunda de la naturaleza de Cristo y de las claridades que proyecta sobre el Cielo y sobre la humanidad.


*

El heroísmo es el triunfo brillante del alma sobre la carne, es decir, sobre el temor: temor a la pobreza, al sufrimiento, a la calumnia, a las enfermedades, al aislamiento y a la muerte.
No hay piedad seria sin heroísmo. El heroísmo es la concentración deslumbradora y gloriosa del valor.

*

El deber tiene la virtud de hacernos sentir la realidad del mundo positivo, despegándonos al mismo tiempo de él.




Enrique Federico Amiel (DIARIO ÍNTIMO)

s.b.






RIMAS DE BÉCQUER





XXVI

<< Voy contra mi interés al confesarlo;
Pero yo, amada mía,
Pienso, cuál tú, que una oda sólo es buena
De un billete del Banco al dorso escrita.
No faltará algún necio que al oírlo
Se haga cruces y diga:
"Mujer al fin del siglo diez y nueve,
Material y prosaica..." ¡Bobería!
¡Voces que hacen correr cuatro poetas
Que en invierno se embozan con la lira!
¡Ladridos de los perros a la luna!
Tú sabes y yo sé que en esta vida,
Con genio, es muy contado quien la escribe,
Y con oro, cualquiera hace poesía.


Gustavo Adolfo Bécquer.-

S.B.


RIMAS DE BÉCQUER





XXV


Cuando en la noche te envuelven
las alas de tul del sueño,
y tus tendidas pestañas
semejan arcos de ébano;
por escuchar los latidos
de tu corazón inquieto,
y reclinar tu dormida
cabeza sobre mi pecho,
diera, alma mía,
cuanto poseo:
¡La luz, el aire,
y el pensamiento!

Cuando se clavan tus ojos
en un invisible objeto,
y tus labios ilumina
de una sonrisa el reflejo;
por leer sobre tu frente
el callado pensamiento
que pasa como la nube
del mar sobre el ancho espejo,
diera, alma mía,
cuanto deseo:
¡La fama, el oro,
la gloria, el genio!

Cuando enmudece tu lengua
y se apresura tu aliento,
y tus mejillas se encienden,
y entornas tus ojos negros;
por ver entre sus pestañas
brillar con húmedo fuego
la ardiente chispa que brota
del volcán de los deseos,
diera, alma mía,
por cuanto espero,
¡La fe, el espíritu,
la tierra, el cielo!


Gustavo A. Bécquer

S.B.




martes, 23 de septiembre de 2014

RIMAS DE BÉCQUER.




XC

¿No has sentido en la noche cuando reina la sombra,
Una voz apagada que canta
Y una inmensa tristeza que llora?

¿No sentiste en tu vida de virgen
Las silentes y trágica notas
que mis dedos de muerto arrancaban
a la lira rota?

¿No sentiste una lágrima mía
deslizarse en tu boca,
ni sentiste mi mano de nieve
estrechar a la tuya de rosa?

¿No viste viste entre sueños
por el aire vagar una sombra,
ni sintieron tus labios un beso
que estalló misterioso en la alcoba?

Pues yo juro por tí, vida mía,
que te ví entre mis brazos, miedosa;
que sentí tu aliento de jazmín y nardo,
y tu boca pegada a mi boca.


Gustavo A. Bécquer.

S.B.


RIMAS DE BÉCQUER.




XCI

Apoyando mi frente calurosa
En el frío cristal de la ventana,
En el silencio de la obscura noche
De tu balcón mis ojos no apartaba.

En medio de la sombra misteriosa Su vidriera lucía iluminada,
Dejando que mi vista penetrase
En el puro santuario de su estancia.

Pálido como el mármol el semblante,
La blonda cabellera destrenzada,
Acariciando sus sedosas ondas
Sus hombros de alabastro y su garganta.
Mis ojos la veían, y mis ojos,
Al verla tan hermosa, se turbaban.

Mirábase al espejo: dulcemente
Sonreía a su bella imagen lánguida,
Y sus mudas lisonjas al espejo
Con un beso dulcísimo pagaba...

Más la luz se apagó; la visión pura
Desvanecióse como sombra vana,
Y dormido quedé, dándome celos
El cristal que su boca acariciara.


Adolfo Bécquer.

S.B.




lunes, 22 de septiembre de 2014

RIMAS DE BÉCQUER.



X X I X 

Sobre la falda tenía
el libro abierto;
En mi mejilla tocaban
Sus rizos negros;
No veíamos las letras
Ninguna, creo;
Mas guardábamos entrambos
Hondo silencio.
¿Cuánto duró? Ni aun entonces
pude saberlo;
Sólo sé que no se oía
Más que el aliento.
Que apresurado escapaba
del labio seco.
Sólo sé que nos volvimos
Los dos a un tiempo
Y nuestros ojos se hallaron,
Y sonó un beso.
..............................
Creación de Dante era el libro
Era el Infierno.
Cuándo a él bajamos los ojos,
Yo dije trémulo:
-¿Comprendes ya que un poema
Cabe en un verso?
Y ella respondió encendida:
-¡Ya lo comprendo!


Adolfo Bécquer.


S.B.






jueves, 18 de septiembre de 2014

POEMA (JACINTO AÑEZ - COLOMBIANO)



BELLEZA  NEGRA

De la luz que en tu espíritu fulgura
la noche de tu piel tiene las huellas,
y se abren de esa noche en la negrura
tus grandes ojos como dos estrellas.

Corza herida, la gracia en que descuellas
derrama efluvios de indecible albura,
y con todo el pudor de las querellas
se escurre de tu sombra en la espesura.

Quemó tu sol interno en un derroche
de luz tu piel, y si alguien te importuna,
cuando afligida sueltas, como una

virgen rehén, de tu mirada el broche,
una vertiente pálida de luna
baña la negra seda de tu noche.


Jacinto Añez (Colombia)

S.B.


martes, 9 de septiembre de 2014

POEMA (ANÓNIMO)



PLEGARIA DE UN SOLDADO

En la campaña del África, diciembre a febrero de 1943, durante un intenso bombardeo, el viento llevó este poema hasta una agrietada trinchera de El- Aghelia.

Asísteme Señor. Tiniebla y frío
la noche esparce. Lumbre macilenta,
se muere mi valor. La noche es lenta.
Fortaléceme, asísteme, Dios mío.

Amo el goce, la lucha enardecida;
odio la sombra; amo la primavera,
al hijo y a la buena compañera;
y no soy un cobarde; amo la vida.

La amo con su niebla y su ventura.
Es preciso vivir. No tengo miedo.
De mí lo mío separar no puedo.
Señor, mi corazón busca tu altura.

Tú nos diste en Dunkerke mar en calma.
para salvarnos. Tu poder divino
nos iba abriendo el hórrido camino.
Tus obras son milagro, Dios del alma.

Solos, mientras huía la esperanza,
la Patria amamos, y la misma muerte;
sin oprobio cayéramos, y fuerte
el ánimo cruzó por la matanza.

Ruta de pesadilla. Mar de espanto.
Llegamos... Renacíamos... Después,
tras un velo de sangre hasta los pies,
el alma -alondra- levantó su canto.

Supe así que la muerte es un escape,
y el porqué de estos pávidos siniestros:
porque otra vez el mundo de los nuestros,
por tu bondad, de libertad se empaque.

Sólo soy un nacido de mujer:
pero siendo no más que tu criatura,
Dios de la Fortaleza y la Dulzura,
no permitas que menos pueda ser.

Sosténme, ¡oh, Dios!, cuando la faz horrenda
de ojos vacíos y de yerta boca
me haga su mueca... Y si caer me toca,
¡a Tí mi alma el polvo ascienda!

ANÓNIMO.


(De la Antología "Poems From the Desert", fruto de un concurso en el 8vo. Ejército, en Africa, cuando Montgomery salió a perseguir a Rommel.)


S.B.


RIMA (Anónimo)



RIMA  SENTIMENTAL


Entre los dos mi corazón un día
enterramos, ¿te acuerdas?
Tu delicada mano abrió la fosa,
tu pie menudo aprisionó la tierra.

"Bien muerto está", dijiste, y sin mirarme
te alejaste riendo...
¡Descansa -murmuré-, corazón mío!
¡Descansa; ya era tiempo!

He pasado al volver la primavera
por el lugar aquel tan silencioso...
¡Oh, corazón tenaz!, había brotado
una violeta azul como tus ojos.


ANÓNIMO.

S.B.


POEMA (ANÓNIMO)




HORAS DE AMOR

¿Te acuerdas? Quise con impulso leve,
sobre tu pecho colocar mi oído
y escuchar el dulcísimo latido
con que tu blando corazón se mueve.

Prendí en mis brazos tu cintura breve
y hundí mi rostro en el caliente nido
de tu seno, que es mármol encendido,
carne de flores y abrasada nieve.

¡Con qué prisa y qué fuerza palpitaba
tu enamorado corazón! Pugnaba
tu talle  en tanto; mas con ansia loca,
bajo la nieve el corazón latía,
y en su gallarda rebelión quería
saltar del pecho por besar mi boca.


ANÓNIMO.

S.B.






lunes, 1 de septiembre de 2014

RIMAS (Gustavo A. Bécquer)




RIMA II


Saeta que voladora
Cruza, arrojada al azar,
Sin adivinarse dónde
Temblando  se clavará.

Hoja que del árbol seca
Arrebata el vendaval,
Sin que nadie acierte el surco
Donde a caer volverá;

Gigante ola que el viento
Riza  y empuja en el mar
Y rueda y pasa, y no sabe
Qué playa buscando va;

Luz que en cercos temblorosos
Brilla, próxima a expirar,
Ignorándose cuál de ellos
El último brillará.

Eso soy yo, que al acaso
cruzó el mundo, sin pensar
De dónde vengo, ni a dónde
Mis pasos me llevarán.


Gustavo Adolfo Bécquer (España)