LA QUE NO VUELVE
Ella fue el alma de mis viejos cantos:
yo la sentí muy cerca de mis penas;
santa fue mi pasión, mis versos santos,
y ella fue sorda a las palabras buenas.
y ella fue sorda a las palabras buenas.
Ya nada encontrarán en las serenas
campiñas de la vida mis quebrantos,
porque algo dicen al bullir mis venas:
la vida es una sola... para tantos...
Cuando partió, la sed de mi esperanza
se fue tras su visión...; en lontananza
temblaba el eco vivo de mis ruegos...
y en la falsa quietud de mi reposo
solo vio mi cerebro doloroso
color de nada en mis ojos ciegos.
S.B.
Andrés Eloy Blanco (Venezuela)
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