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lunes, 1 de febrero de 2016

POEMA: Antonio Arraiz.



PARÁBOLA DE LA MADRE


La madre es una sombra.
¿Lo sabes?
La madre es una sombra acostada a los pies.

Al alba,
Cuando la luz dorada apenas ilumina
una criatura aún endeble y vacilante, la sombra que acaricia sus pies
es larga inmensamente.
Y a cada vacilante traspiés de la criatura,
con zozobra mortal
la sombra se estremece.
  
Luego el sol va subiendo. El niño se hace hombre.
La sombra se acurruca a sus pies.
Se diría
que la vida de la una se trasfunde en el otro
y se agota la madre mientras el hijo crece.

Cuando el sol brilla en el cenit para el héroe,
erguido en la extensa planicie que le adula,
exigua, humilde, pobre,
nadie observa la sombra achicada a sus pies.

Pero a veces también la luz, la vida, el sol,
las sonrisas de dicha se abaten al ocaso.
El soplo formidable enflaquece.
La cabeza del héroe,
la cabeza robusta que coronaron rosas,
desmaya mudamente, exangûe de voluntad.

La sombra imperceptible que nadie tomó en cuenta,
en una exaltación desesperada
se hace de nuevo enorme, se envuelve sobre el hijo,
se hincha y vivifica, fiera, rabiosa y trágica.
Y cuando el héroe muere la sombra se hace noche.

S.B.

Antonio Arráiz

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