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martes, 24 de febrero de 2015

DIARIO ÍNTIMO (Enrique Federico Amiel)



A 6 de Abril de 1866(Continuación). ¿Qué es en definitiva un gentleman? El gentleman es el hombre libre, el hombre más fuerte que todo y el mantenedor de que la personalidad domina sobre los atributos accesorios de fortuna, de rango y de poder, así como que lo esencial es el valor intrínseco y verdadero del individuo. Dime quién eres y te diré lo que vales. "Dios y mi derecho", he ahí su divisa. Ese ideal lucha felizmente contra el ideal grosero, también inglés, cuya fórmula es ésta: "¿cuánto vale ese hombre?- En el país donde  la pobreza es un crimen, conviene decir que un nabab no tiene derecho a llamarse gentleman, sólo por ser nabab. El ideal mercantil y el ideal caballeresco se contrarrestan, y si uno forma la fealdad de la sociedad inglesa y su aspecto brutal, el otro le sirve de compensación.
El gentleman es el hombre dueño de sí, que se respeta y se hace respetar. Su esencia es la soberanía interior. Es un carácter que se posee, una fuerza que se gobierna, una libertad que se afirma y se regula sobre el tipo de la dignidad. Este ideal se halla, por consiguiente, muy próximo al tipo romano de la dignitas cum autoritate. Es más moral que intelectual. Conviene a Inglaterra, que es ante todo una voluntad. Pero del respeto de sí mismo derivan mil cosas, tales como el cuidado de la propia persona, el de su lenguaje y el de sus modales; la vigilancia de su cuerpo y la de su alma; la dominación de sus instintos y la de sus pasiones; la necesidad de bastarse a sí mismo; la altivez que no quiere recibir ningún favor, el cuidado de no exponerse a ninguna humillación, a ninguna mortificación, no colocándose bajo la dependencia de ningún capricho humano; por último la preservación constante del honor y el amor propio. Esta soberanía, que no es fácil sino para el hombre bien nacido, bien educado y rico, fue en su principio identificada con el nacimiento, con la posición y, sobretodo, con la propiedad. La idea del gentleman deriva, pues del feudalismo, es la mitigación de la señoría.
El gentleman se mantendrá irreprochable para no verse obligado a sufrir algún reproche: para ser tratado con la debida consideración, siempre estará atento a conservar las distancias, a matizar los miramientos, a observar todas las gradaciones de la cortesía convencional, de acuerdo con el rango, la edad y la situación de las personas. Por todas estas razones será imperturbablemente circunspecto en presencia de algún desconocido, cuyo nombre y valer ignore y a quien pudiera manifestar exceso o falta de cortesía. Como ignora eso, evita su presencia. Su cortesía no es humana y general, sino individual y apropiada a las personas. Por eso cada inglés contiene dos:  el que ve el mundo y el otro. El primero, el hombre exterior, es una ciudadela, es un muro anguloso y frío; el otro, el hombre interior,  es un ser sensible, afectuoso, cordial y amante. Este tipo se ha formado en un clima moral donde abundan los témpanos de hielo y donde sólo el hogar es hospitalario frente a un mundo enemigo.
El análisis del tipo nacional del hombre completo, puede, en consecuencia, conducirnos a descubrir la naturaleza y la historia de una nación, como el fruto nos revela el árbol.






Enrique Federico Amiel .

S.B.





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