LA NIÑA EN EL CAMPO.
Sus pies pequeños, ya pisan la alfombra
de grama, tendida, en el suelo pampo.
Decora la tarde un plácido lampo
bajo la magia de un cielo que asombra.
Proyecta el camino su suave sombra:
un punto -apenas- en el vasto campo;
y ha teñido de rubí su rostro ampo.
el aire tibio que la besa y la nombra.
Guía sus pasos un hermoso perro,
que va y viene, dócil y juguetón
La niña retorna del alto cerro,
templo de bosques, pájaros y flores.
Y trae embebido su corazón,
de efluvios silvestres y enervadores.
"Líricas" Lídoro Nocerino - Pág. 15
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