EL LECHO
¡Lecho dulce y sagrado, velado por cortinas;
limpio y florido lecho que exhala fresco olor;
lecho que ofrece calma en sus sábanas finas;
lecho de nupcias, lecho del inocente amor!
Una luz a tu lado palpita vigilante,
y reza por nosotros una muda oración;
como sobre un altar así es su luz brillante,
ya que el lecho es el sacro altar de la mansión.
Oros suaves, velados por reflejos de rosa,
ostentan las cortinas que nos miran dormir;
lecho cándido y amplio, que de calma rebosa,
y hasta el que llega al alba, de Dios el sonreír.
Mientras Cristo, en la cruz, con mirada serena
junto a la luz vigila nuestro suave soñar,
en la cuna de mi hijo hay rumor de colmena,
de tantas alas de ángeles que vienen a velar.
S.B.
Felicien Fagus (Bélgica)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario