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lunes, 25 de enero de 2016

POEMA: Camilo Balza Donatti.



Tu, mariposa de celeste armiño.

Vienes con aire de nostalgia leve,
undívaga de sueño y plenilunio,
voladora en el vuelo de la brisa
desde la era antigua de los juncos.

Tu liviandad liviana del aroma,
con pretérita voz adolorida,
tiene la edad del sueño y de la vida
y la mirada azul de la paloma

Tú, mariposa de celeste armiño,
armiño por mi verso mariposa;
en el balcón del aire y de  la rosa
tienes la edad de un niño.

Ven con tu azul de espuma diligente
a escribir en la arena del olvido;
ven a mojar tus alas en el nido
donde solloza la piedad viviente.

Deja tu divagar, ven a mi pena,
torna en gemir la luz de tu desaire.
No se puede vivir sólo en el aire
cuando alguien llora en la prisión terrena.

Aquí tendrás la luz de mi cariño
con levedad de canto diligente.
Ven al país tan mío y de la gente,
Tú, mariposa de celeste armiño.


S.B.

Camilo Balza Donatti.



POEMA. Luis Eduardo Barrios (Venezolano)



AMOR

Mi voz llega hasta ti desde otro oído
palpitante de amor, aunque lejano;
nadie puede impedir que allá en mi arcano
yo siga idolatrando lo perdido...

Yo he de besar tu boca cuando bese
otros labios que llenen tu vacío,
y volveré a sentir tu cuerpo mío
en cualquier otro talle que yo aprese...

Y tú... ¿qué has de sentir cuando otra frase
con vibrante emoción de amor te abrace,
musitada en palabras de otro hombre?...

Evocarás mi amor sincero y puro
-el amor de los dos-, ¡yo te lo juro!,
morderás  tus labios con mi nombre...


S.B.

Luis Eduardo Barrios
 (Venezuela)

POEMA: Samuel Barreto Peña.



BALADA SENTIMENTAL

Esta niña tísica que va por la calle
como una parábola sentimental,
tan pálida y triste, tan dulce
y tan suave, ¡qué pena me da!

Su cuerpo delgado, que exprime la fiebre,
desnudo de carne, sin risa y sin voz
parece un harapo que va hacia la muerte
y arrastra el dolor...

En la mañanita, cuando el sol asoma
y hasta mi cuartucho se cuela también,
por donde yo vivo va la niña tísica
como una flor mustia de tanto toser;

Y yo me imagino, como soy poeta,
que esa mariposa, sin alas tal vez,
sería un buen modelo para Adolfo Bécquer
o para los versos de Enrique Grenzier.

Como la hoja seca que arrastra la brisa,
como la hoja seca mañana caerá
rendida a la muerte, la suave flor mustia
que miro pasar...

Y como es tan pobre hasta los jardines
rosas en su féretro le habrán de negar,
ni una mano amiga grabará en su losa
un: descanse en paz.

Pobre niña tísica, cuando tú te mueras 
cuando al cielo vuele tu alma virginal,
no habrá quien te llore,
no habrá quien te sienta, porque eres muy pobre...

Yo sólo, quizá urdiré unos versos
porque soy poeta y sentimental...
y como "campanas vibrantes de plata"
por ti doblarán,
mientras que las hojas caídas te rezan
con el Padre Viento la Oración final...



S.B 

Samuel Barreto Peña (Venezuela)



POEMA: Ernesto Mario Barreda




FUE UNA TARDE EN SEVILLA 

Fue una tarde en Sevilla... De sus ojos morunos
brotó la dulce llama de una flecha de amor...
Tení un raro encanto de serpiente y de tórtola,
con la mantilla alzada sobre su peinetón.

En la pequeña mano, de adorables hoyuelos, 
jugaba el abanico su nervioso jugar.
¡Y sombreados y rojos los labios se entreabrían
con un fuego salvaje que no he visto jamás!

El zapatito blanco daba cauce a la onda
vertiginosa y fina del empeine del pie:
que la falda, celosa, con dulce tiranía, descubría y cubría para ver y no ver.

Su cuerpo era una de esas formas de carne viva
donde vaga el deseo con pálido temblor.
¡Su cuerpo lo forjaron los sueños de un asceta mordido por la vida y azotado por Dios!.

Vertían los naranjos su perfume embriagante.
Cantaban las cigarras... Muertas de languidez
las horas se dormían, y entre los alelíes
volaban las abejas con un beso de miel.

Fue una tarde en Sevilla... de sus ojos morunos
brotó la dulce llama de una flecha de amor...
¡Y llevo desde entonces, clavado hondamente, como siete puñales
sobre mi corazón.!


S.B.

Ernesto Mario Barreda.