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miércoles, 25 de abril de 2018

DIARIO ÍNTIMO DE ENRIQUE FEDERICO AMIEL.





(continuación)



A 8 de abril de 1863 (Continuación) ¡Qué potencia filológica y literaria la de Víctor Hugo! Posee todas las lenguas, contenidas en nuestro idioma: la del palacio, la de la bolsa, la de la marina y la guerra; la de la filosofía y la del presidio; la de los oficios, y la de la arqueología, la del librero y la del pocero. Todas las antigualllas de la historia y, de las costumbres le son conocidas, lo mismo que le son familiares todas las curiosidades del suelo y del subsuelo. Tal parece que volvió al revés a su París y que le conoce por encima y por debajo como podemos conocer uno de nuestros bolsillos. Tiene una prodigiosa memoria y una imaginación fulgurante. Es un visionario que domina sus fantaseos, que maneja a su voluntad las alucinaciones del opio y del haschich sin dejarse sorprender, que ha hecho de la locura uno de sus animales domésticos y que cabalga con admirable sangre fría en la pesadilla, el Pegaso, Hipogrifo y la Quimera . Éste fenómeno psicológico es el mayor interés.

Víctor Hugo, dibuja con ácido sulfúrico, y alumbra con luz eléctrica, ensordece, ciega y envuelve en un torbellino a su lector en vez de encantarlo o persuadirlo. La fuerza, a ese grado , es una fascinación; sin cautivar aprisiona, sin encantar hechiza. Su ideal es lo extraordinario, lo gigantesco, lo vulnerante y lo inconmensurable; sus palabras características son inmenso, colosal, gigante y monstruoso. Halla medios para llevar al colmo hasta lo infantil y lo ingenuo; lo único que le parece inaccesible es lo natural. En dos palabras: su pasión es la grandeza; su error es el exdceso; su sello, lo titánico, acompañado de la disonancia extravagante de la puerilidad en la magnificencia; su parte débil es la mesura, el gusto, el sentimiento de lo ridículo y el ingenio, en la acepción más fina de la palabra (...)

viernes, 20 de abril de 2018

POEMAS DE RUBÉN DARÍO.



EL FAISÁN

Dijo sus secretos el faisán de oro:
- en el gabinete mi blanco tesoro,
de sus claras risas el divino coro.

las bellas figuras de los gobelinos,
los cristales llenos de aromados vinos,
las rosas francesas en los vasos chinos.

(Las rosas francesas, porque fue allá en Francia
donde en el retiro de la dulce estancia
esas frescas rosas dieron su fragancia)

La cena esperaba. Quitadas las vendas,
iban mil amores de flechas tremendas
en aquella noche de Carnestolendas.


La careta negra se quitó la niña,
y tras el preludio de una alegre riña
apuró mi boca vino de su viña.

Vino de la viña de la boca loca,
que hace arder el beso, que el mordisco invoca
¡Oh los blancos dientes de la loca boca!

En su boca ardiente yo bebí los vinos,
y, pinzas rosadas, sus dedos divinos
me dieron las fresas y los langostinos.

Yo la vestimenta de Pierrot tenía,
y aunque me alegraba y aunque me reía,
moraba en mi alma la melancolía.

La carnavalesca noche luminosa
dio a mi triste espíritu la mujer hermosa,
sus ojos de fuego, sus labios de rosa.

y en el gabinete del café galante
ella se encontraba con su nuevo amante,
peregrino pálido de un país distante.

Llegaban los ecos de vagos cantares;
y se despedían de sus azahares
miles de purezas de los bulevares.

Y cuando el champaña me cantó su canto,
por una ventana vi que un negro manto
de nube, de Febo cubría el encanto.

Y dije a la amada de un día; -¿No viste 
de pronto ponerse la noche tan triste?
¿Acaso la Reina de luz ya no existe?

Ella me miraba. Y el faisán cubierto de plumas de oro:-<<¡Pierrot, ten por cierto
que tu fiel amada, que la Luna, ha muerto!>> 

S.B.

RUBEN DARÍO ("PROSAS PROFANAS")

POEMAS DE RUBÉN DARÍO


POEMAS DE RUBÉN DARÍO.



ALABA LOS OJOS NEGROS DE JULIA

 ¿Eva era rubia? No. Con negros ojos
vio la manzana del jardín: con labios
rojos probó su miel; con labios rojos
que saben hoy más ciencia que los sabios.

Venus tuvo el azur en sus pupilas,
ero su hijo no. Negros y fieros,
encienden a las tórtolas tranquilas
los dos ojos de Eros.

Los ojos de las reinas fabulosas,
de las reinas magníficas y fuertes,
tenían las pupilas tenebrosas
que daban los amores y las muertes.

Pentesilea, reina de amazonas;
Judith, espada y fuerza de Betulia;
Cleopatra, encantadora de coronas,
la luz tuvieron de tus ojos, Julia.

La negra que es más luz que la luz blanca
del sol, y las azules de los cielos.
Luz que el mar rojo resplandor arranca
al diamante terrible de los celos.

Luz negra, luz divina, luz que alegra
la luz meridional, luz de las niñas
de las grandes ojeras, ¡oh luz negra
que hace cantar a Pan bajo las viñas!

S.B.

Ruben Darío (Nicaragua)


POEMAS DE RUBÉN DARÍO.



MÍA

        Mía: así te llamas.
¿que más armonía?
Mía, luz del día;
mía, rosas llamas.

¡Qué aromas derramas
en el alma mía,
si sé que me amas.
¡oh Mía! ¡oh Mía!

Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces.

Yo triste, tú triste...
¿No has de ser entonces
mía hasta la muerte?



S.B.
RUBEN DARÍO (Nicaragua)

domingo, 15 de abril de 2018

POEMA - RUBEN DARÍO




PARA LA MISMA.

Miré al sentarme a la mesa,
bañado en la luz del día
el retrato de María,
la cubana japonesa.

El aire acaricia y besa,
como un amante lo haría,
la orgullosa bizarría
de la cabellera espesa.

Diera un tesoro el Mikado
por sentirse acariciado
por princesa tan gentil.

digna de que un gran pintor
la pinte junto a una flor
en un vaso de marfil.

RUBEN DARÍO

S.B.

POEMAS - RUBÉN DARÍO.




PARA UNA  CUBANA

Poesía dulce y mística
busca a la blanca cubana
que se asomó a la ventana
como una visión artística.

Misteriosa y cabalística,
puede dar celos a Diana.,
con su faz de porcelana
de una blancura eucarística.

Llena de un prestigio asiático,
roja, en el rostro enigmático,
su boca púrpura finge.

Y al sonreírse vi en ella
el resplandor de una estrella
que fuese alma de una esfinge.

S.B

RUBEN DARÍO-

lunes, 9 de abril de 2018

POEMAS- RUBEN DARÍO.



CANCION DE CARNAVAL

La carnaval s'amuel
viens lechanter, ma Muse... 
(Banville.)

Musa, la máscara apresta,
ensaya un aire jovial
y goza y ríe en la fiesta
del carnaval 

Ríe en la danza que gira,
muestra la pierna rosada,
y suene, como una lira,
tu carcajada.

Para volar más ligera
ponte dos hojas de rosa,
como hace tu compañera
la mariposa.

Y que en tu boca risueña,
que se une al alegre coro
deje la abeja porteña
su miel de oro.

únete a la mascarada,
y mientras muequea un clown
con la faz pintarrajeada
como Frank Brown;

mientras Arlequín revela
que al prisma sus tintes roba
y aparece pulchinela
con su joroba.

Di a Colombina, la bella,
lo que de ella pienso yo,
y descorcha una botella
para Pierrot.

Que él te cuente cómo rima
sus amores con la Luna
y te haga un poema en una
 pantomina

Da al aire la serenata,
toca el auro bandolín,
lleva un látigo de plata
para el spleen.

Sé lírica y sé bizarra;
con la cítara sé griega;
o gaucha, con la guitarra
de Santos Vega.

Mueve tu espléndido torso
por las calles pintorescas,
y juega y adorna el Corso
con rosas frescas.

De perlas riega un tesoro
de Andrade en el regio nido,
y en la hopalanda de Guido,
povo de oro.

Penas y duelos olvida,
canta deleites y amores;
busca la flor de las flores
por Florida.

Con la armonía le encantas
de las rimas de cristal,
y deshojas a sus plantas
un madrigal.

Piruetea, baila, inspira
versos locos y joviales;
celebre la alegre lira
los carnavales.

Sus gritos y sus canciones,
sus comparsas y sus trajes,
sus perlas, tintes y encajes
y pompones.

Y lleve la rauda brisa,
sonora, argentina, fresca,
la victoria de tu risa 
funambulesca.

S.B.

RUBEN DARÍO  (NICARAGUA)

domingo, 8 de abril de 2018

ENRIQUE FEDERICO AMIEL - DIARIO ÍNTIMO.



A 8 de abril de 1863.- Volví a hojear las tres mil quinientas páginas de Los Miserables y a buscar la unidad de esta  vasta composición.
Los Miserables tienen como idea fundamental ésta: La sociedad engendra tristes y espantosas miserias.( La prostitución, la vagancia, la clase de los pícaros, los fascinerosos, los ladrones, los galeotes, la guerra , los clubs revolucionarios y las barricadas) Debiera comprenderlo y no tratar como simples monstruos a los que caen bajo la sanción de la ley. Humanizar la ley y la opinión, levantar al caído así como al vencido, y crear una redención social: ësa es la tarea. ¿Cómo? Disminuyendo las rebeliones y los vicios por medio de la luz, y convirtiéndo a los culpables por el perdón. Estos son los medios.
En el fondo, ¿no es esto cristianizar la sociedad? Entendiendo la caridad desde el pecador hasta el condenado, y aplicando desde esta vida lo que la Iglesia aplica en la otra. Reducir al orden y al bien por medio del amor infatigable, en vez de aplastar con la vindicta inflexible y con la sinistra justicia; ésa es la tendencia del libro, tendencia que es al mismo tiempo  noble y grande. Pero es optimista hasta cierto punto y recuerda a Rousseau. Supone que el individuo es siempre inocente y la sociedad siempre responsable. En resumen, el ideal es (para el siglo XX) algo como una especie de edad de oro democrática, de república universal, donde no deben existir la guerra, la pena de muerte y el pauperismo; es la religión y la ciudad del progreso; en una palabra, es la utopía del siglo XVIII restaurada en grande escala. Exceso de generosidad, pero no poca quimera. Y la quimera consiste en una noción demasiado exterior del mal. El autor ignora o finge olvidar el instint
o de perversidad y el amor al mal por el mal, contenidos en el corazón humano.La grande y saludable idea  de la obra, es que la honradez legal constituye una hipocresía sanguinaria cuando cree poder dividir la sociedad en elegidos y réprobos, y confunde lo relativo con lo absoluto. El pasaje capital es aquel en que Javert, descarriado, trastorna todo el sistema moral del rígido Javert, el espía sacerdote, el policía rectilíneo. Ese capítulo hace transparentar y traslucir la caridad social bajo la estricta e inicua justicia, la supresión del infierno social, es decir, de las afrentas irreparables y de los desprecios sin términos e irremediables. Esta idea es verdaderamente religiosa.
Por lo que respecta a la erudición, al talento y al relieve de la ejecución, la obra es ensordecedora y casi produce estupefacción. Su defecto consiste en la inmensidad de las disgresiones y de las disertaciones episódicas, en la exageración de todas las combinaciones y en todas las tesis; no sé qué encuentro de tenso, de espasmódico y de violento en el estilo, algo que difiere mucho de la natural elocuencia y de la verdad verdadera. El efecto es lo que pierde a Víctor Hugo, porque es el centro de su estética; de allí proceden la exageración, el énfasis, la monomanía teatral y la tensión de voluntad. Poderoso artista que no puede hacer olvidar al artista; modelo peligroso, porque el maestro mismo pasa junto a los escollos de lo grotesco, y va de lo sublime a lo repugnante, sin poder dar la impresión armoniosa de lo bello. Por eso detesta a Racine. (continúa)