Seguidores

viernes, 30 de marzo de 2018

ENRIQUE FEDERICO AMIEL - DIARIO ÍNTIMO.



A 20 de septiembre de 1864.-  

Volví dos horas en compañía de una alma hermosa, la de Eugenia de Gerin, la pidosa heroína del amor fraternal. ¡Cuántos pensamientos, sentimientos y dolores en ese Diario de seis años! ¡Cómo nos hace  soñar, reflexionar y vivir! Me produce una impresión nostálgica, poco mueve el corazón no sabemos por qué. Volví a ver algo como senderos lejanos y escapes de juventud; oía voces confusas, ecos de mi pasado. Me hallaba envuelto por una atmósfera de pereza, de melancolía y de piedad donde resurgían miles de recuerdos de una antigua existencia, con formas indefinibles y fantásticas como las sombras fugitivas de un sueño al despertar. Todo eso gira en tormo del lector sorprendido.

SB

Enrique Federico Amiel -  

miércoles, 28 de marzo de 2018

- DIARIO ÍNTIMO de Enrique Federico Amiel.




7 de Noviembre de 1863:
Fuera del elemento común a todos los hombres, hay un elemento que los separa. Este elemento puede ser la religión, la patria, la lengua o la educación. Pero aún suponiendo común todo esto, queda algo que sirve de demarcación: el ideal. Tener o dejar de tener un ideal, tener tal o cual ideal: he ahí lo que abre abismos entre los hombres, hasta entre los que viven en el mismo círculo, bajo el mismo techo, o en el mismo cuarto. Es preciso amar con el mismo amor, pensar con el mismo pensamiento para escapar de la soledad.

El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta en la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive. Hay  que desconfiar de nuestro instinto de intervención, porque el deseo de hacer prevalecer nuestra voluntad, se disfraza a veces con apariencias de solicitud.

S.B.
Enrique Federico Amiel (Nicaragua)


lunes, 26 de marzo de 2018

RUBÉN DARÍO - POEMAS.





ALABA LOS OJOS 
NEGROS DE JULIA

¿Eva era rubia? No. Con ojos negros 
vio la manzana del jardín: con labios
rojos probó su miel; con labios rojos
que saben hoy más ciencia que los sabios.

Venus tuvo el azur en sus pupilas,
pero su hijo no. Negros y fieros,
encienden a las tórtolas tranquilas
los dos ojos de Eros.

  Los ojos de las reinas fabulosas,
de las reinas magníficas y fuertes,
tenían las pupilas tenebrosas
que daban los amores y las muerte.

pentesilea, reina de amazonas;
Judith, espada y fuerza de Betulia;
Cleopatra, encantadora de coronas,
la luz tuvieron de tus ojos, Julia.

La negra, que es más luz que la luz blanca
del sol, y las azules de los cielos.
Luz que el más rojo resplandor arranca
al diamante terrible de los celos.

Luz negra, luz divina, luz que alegra
la luz meridional, luz de las niñas
de las grandes ojeras, ¡oh luz negra
que hace cantar a Pan bajo las viñas!

S.B.                       
RUBEN DARÍO. (Nicaragua)


sábado, 24 de marzo de 2018

DEL CAMPO - RUBÉN DARÍO





DEL CAMPO

¡Pradera, feliz día! Del regio Buenos Aires
quedaron allá lejos el fuego y el hervor;
hoy en tu verde triunfo tendrán mis sueños vida,
respiraré tu aliento, me bañaré en tu sol.

Muy buenos días, huerto. Saludo la frescura
que brota de las ramas de tu durazno en flor; 
formada de rosales, tu calle de Florida
mira pasar la Gloria, la Banca y el Sport.

Un pájaro poeta rumía en su buche versos;
chismoso y petulante, charlando va un gorrión;
las plantas trepadoras conversan de política;
las rosas y los lirios del arte y del amor.

Rigiendo su cuadriga de mágicas libélulas,
de sueños millonarios, para el travieso Puck;
y, espléndida sportwoman, en su celeste carro, 
la emperatriz Titania seguida de Oberón.  

De noche, cuando muestra su medio anillo de oro
bajo el azul tranquilo, la amada de Pierrot,
en una fiesta pálida la que en el huerto reina,
toca en la lira el aire su do-re-mi-fa-sol.

Curiosas las violetas a su balcón se asoman
Y una suspira: <<¡lástima que falte el ruiseñor!>>
Los silfos acompasan la danza de las brisas
en un walpurgis vago de aroma y de visión.   

De pronto se oye el eco del grito de la pampa;
brilla como una puesta del argentino sol;
y un espectral jinete como una sombra cruza,
sobre su espalda un poncho; sobre su faz, dolor.

<<¿Quién eres, solitario viajero de la noche?>>
¡Yo soy la Poesía que un tiempo aquí reinó;
Yo soy el primer gaucho que parte para siempre,
de nuestra vieja patria llevando el corazón.
                                                                                               

S.B.
                                         RUBÉN DARÍO - Nicaragua-

















RUBÉN DARÍO - SONATINA.-



SONATINA

La princesa está triste... , ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro;
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
 la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz,
o en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamentes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay! la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volará a la tierra donde un príncipe existe
(la princesa está pálida, la princesa está triste),
más brillante que el alba, más hermosa que abril!
Calla, calla, princesa-- dice el hada madrina--;
en caballo con alas hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor.
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega  de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor.





S.B.

RUBÉN DARÍO - Nicaragua (1867-1916)

jueves, 22 de marzo de 2018

ERA UN AIRE SUAVE. - PROSAS PROFANAS.





ERA UN AIRE SUAVE

Era un aire suave, de pausados giros;
el hada Harmonía ritmaba sus vuelos,
e iban rases vagas y tenues suspiros
entre los sollozos de los violoncelos.

Sobre la terraza, junto a los ramajes,
diríase un trémolo de liras eolias
cuando acariciaban los sedosos trajes.
sobre el tallo erguidas, las blancas magnolias.

La marquesa Eulalia risas y desvíos
daba a un tiempo mismo para dos rivales:
el vizconde rubio de los desafío
y el abate joven de los madrigales.

Cerca, coronado con hojas de viña,
reía en su máscara Término barbudo,
y, como un efebo que fuese una niña,
mostraba una Diana su mármol desnudo.


Y bajo un boscaje del amor palestra,
sobre el rico zócalo al modo de Jonia,
con un candelabro prendido en la diestra
volaba el mercurio de Juan de Bolonia .

La orquesta parlaba sus mágicas notas
un coro de sones alados se oía;
galantes pavanas, fugaces gavotas
cantaban los dulces violines de Hungría.

Al oír las quejas de sus caballeros,
ríe, rie, ríe´la divina Eulalia,
pues son un tesoro las flechas de Eros,
el cinto de Cpria, la rueca de Onfalia.

¡Ay de quienes sus mieles y frases recoja!
¡Ay de quien del canto de su amor se fíe!
Con sus ojos lindos y su boca roja,
la divina Eulalia ríe, ríe, ríe.

Tiene azules  ojos, es maligna y bella;
cuando mira, vierte viva luz extraña;
se asoma a las húmedas pupilas de estrella
el alma del rubio cristal de Champaña.

Es noche de fiesta, y el baile  de trajes
ostenta su gloria de triunfos mundanos.
La divina Eulalia, vestida de encajes
una flor destroza con sus tersas manos.

El teclado armónimo de su risa fina
a la alegre música de su pájaro iguala.
Con los stacatti de una bailarina.
y las locas fugas de una colegiala.

¡Amoroso pájaro que trinos exhala
bajo el ala a veces ocultando el pico;
que desdenes rudos lanza bajo el ala,
bajo el ala aleve del leve abanico  

Cuando a medianoche sus notas arranque
y en arpegios áureos gima Filomela
y el ebúrneo cisne, sobre el quieto estanque,
como blanca góndola imprima su estela.

La marquesa alegre llegará al boscaje,
boscaje que cubre la amable glorieta
donde han de estrecharla los brazos de un paje,
que siendo su paje será su poeta.

Al compás de un canto de artista de Italia
que en la brisa errante la orquesta deslie
junto a los rivales, la divina Eulalia,
la divina Eulalia, ríe, ríe, ríe.

¿Fue acaso en el tiempo del rey Luis de Francia,
sol con corte de astros, en campos de azur,
cuando los alcázares llenó de fragancia
la regia y pomposa rosa Pompadour?

¿Fue cuando la bella su falda cogía
con dedos de ninfa, bailando el minué,
y de los compases el ritmo segía
sobre el tacón rojo,lindo y leve el pie?

¿O cuando pastoras de floridos valles
ornaban con cintas sus albos corderos,
y oían, divinas Tirsis de Versalles,
as declaraciones de sus caballeros?.

¿Fue en ese buen tiempo de duques pastores,
de amantes princesas y tiernos galantes
cuando entre sonrisas y perlas y flores
iban las casacas de los chambelanes?

¿Fue acaso en el Norte o en el Mediodía?
Yo el tiempo y el día y el país ignoro;
pero sé que Eulalia ríe todavía,
¡y es cruel y eterna su risa de oro.!


S.B.  

                                 Ruben Darío - (Nicaragua - 1897/1906)





RUBÉN DARÍO - PALABRAS LIMINARES - PROSAS PROFANAS.





Después de Azul,... después de los Raros, voces insinuantes, buena y mala intención, intención, entusiasmo sonoro y envidia subterránea.- todo bella cosecha .- , solicitaron lo que, en conciencia, no he creído fructuoso ni  oportuno: un manifiesto.
 Ni fructuoso ni oportuno.

a) Por la absoluta falta de elevación mental de la mayoría pensante de nuestro continente, en la cual impera el universal personaje clasificado por Remy de Gourmont con el nombre de Celui-qui- ne comprend- pas. Celui- qui  ne comprend- pas es, entre nosotros, profesor, académico, correspondiente de la Real Academia Espñola, periodista, abogada, poeta , rastaquouére.

b Porque la obra colectiva de los nuevos de América es aún vana, estando muchos de los mejores talentos en el limbo de un completo desconocimiento del mismo Arte a que se consagran.

c) Porque proclamando, como proclamo, una estética acrática, la imposición de un modelo o de un código implicaría una contradicción

Yo no tengo literatura<< mías- como la ha manifestado una magistral autoridad- para marcar el rumbo de los demás; mi literatura es mía en mí; quien siga servilmente mis huellas perderá su tesoro personal y, paje o esclavo, no podrá ocultar sello o librea. Wagner a a Augusta Holmes, su discípulo, dijo un día: "Lo primero, no imitar a nadie y, sobretodo, a mí a Gran decir.

Yo he dicho, en la misa rosa de mi juventud, mis antífonas, mis secuencias, mis profanas prosas.- Tiempo y menos fatiga de alma y corazón me han hecho falta para, como un buen monjeartífice, hacer mis mayúsculas dignas de cada página del breviario. (A través de los fuegos divinos de las vidrieras historiadas me río del viento que sopla afuera, del mal que pasa.) Tocad, campanas de oro, campanas de plata, tocad todos los días llamándome a la fiesta en que brillan los ojos de fuego y las rosas de las bocas sangran delicias únicas. Mi órgano es un viejo clavicordio pompadour, al son del cual danzaron sus gavotas alegres abuelos: y el perfume de tu pecho es mi perfume, eterno incensario de carne. Varona inmortal, flor de mi costilla. Hombre soy.

¿Hay en mi sangre alguna gota de sangre de Africa, o de indio chorotega o nagrandano? Pudiera se, a despecho de mis manos de marqués; más he aquí que veréis en mis versos princesas, reyes, cosas imperiales visiones de países lejanos o imposibles; ¡ qué queréis!, yo detesto la vida y el tiempo en que me tocó nacer; y a un presidente de República no podré saludarle en el idioma en que te cantaría a tí, ¡oh Halagaba!, de cuya corte -oro, seda, mármol- me acuerdo en sueños...
(Si hay poesía en nuesta América ella está en las cosas viejas: en Palenke y Utailán, en el indio legendario, y en el inca sensual y fino, y en el gran Moctezuma de la silla de oro. Lo demás es tuyo, demócrata Walt Whitman)
Buenos Aires: Cosmópolis.
¡Y mañana!

El abuelo español de barba blanca me señala una serie de retratos ilustres: << Este, me dice, es el gran don Miguel de Cervantes Saavedra, genio y manco; éste es Lope de Vega; éste, Garcilaso; éste, Quintana>> Yo  le pregunto por el noble Gracián, por Teresa la Santa por el bravo Góngora y el más fuerte de todos, don Francisco de Quevedo y Villegas. Después exclamó: ¡Shakespeare! ¡Dante! ¡Hugo...! (Y en mi interior: ¡Verlaine...!)
 Luego al despedirme:<< Abuelo, preciso es decíroslo; mi esposa es de mi tierra; mi  querida, de París>> 

¿Y la cuestión métrica? ¿y el ritmo?
Como cada palabra tiene un alma, hay en cada verso, además de la armonía, verbal, una melodía ideal. La música es sólo de la idea, muchas veces.

La gritería de trescientas ocas no te impedirá, Silvano, tocar tu encantadora flauta, con tal de que tu amigo el ruiseñor esté contento de tu melodía. Cuando él no esté para escucharte, cierra los ojos y toca para los habitantes de tu reino interior. ¡Oh pueblo de desnudas ninfas, de rosadas reinas, de amorosas diosas!

Y la primera ley, creador: crear. Bufe el eunuco. Cuando una musa te dé un hijo, queden las otras ocho en cinta.